"Grandes alumnos para una gran escuela"

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viernes, 25 de octubre de 2013

FILOSOFIA ORGANIZACIONAL


La filosofía organizacional son un conjunto de valores, prácticas y creencias que son la razón de ser de una organización y representan su compromiso ante la comunidad. Esta filosofía da sentido y finalidad a todas las acciones de la institución educativa. 

El nombre de la Escuela alude al máximo prócer de la patria el Libertador Capitán General Bernardo O´Higgins Riquelme", un hombre que representa su ser como hijo, soldado, estadista y patriota. De él aprendimos la acción de la entrega total al ideal supremo, exponiendo su vida, su hacienda y su honra al servicio de la patria, aportando además a la emancipación de Chile y la unidad de América. 
Sus rasgos como modelo nacional son la madura reflexión, la confianza en los hombres, la esperanza, la justicia, sin temor a dar batalla, con la necesidad de los mejores consejos e instrucciones. O´Higgins detestaba la aristocracia y pensaba que las pruebas de nobleza son la virtud, el mérito y el patriotismo. Era un emprendedor, diplomático, estratega, tenaz para lograr sus fines, prudente, honrado y generoso; gozaba del orden, la disciplina y del valor, para luchar a favor de la paz y en contra de la tiranía, para lo cual era necesaria la educación igualitaria de todos los hombres y mujeres, que tengan la convicción de vencerse a si mismos. Hombre de fe, humanista y preocupado de la rectitud de sus conductas y constante en la adversidad. 

Bernardo O'Higgins nació el 20 de agosto de 1778, en la ciudad de Chillán. Hijo de Isabel Riquelme Meza y Ambrosio O'Higgins. Ya a los doce años, cuando su padre ostentaba en Chile el cargo de gobernador, fue enviado hasta Lima para cursar sus estudios. 
En 1795 fue enviado a Europa para perfeccionarse en la Academia Católica de Richmond, donde conoció importantes personajes, como Francisco de Miranda, quien le inculcó la necesidad vital de una patria independiente. 
De regreso al país, en 1802, se enteró que su padre había muerto un año antes y que le dejaba algunos de los bienes que poseía en el territorio: una casa en Santiago y la hacienda de San José de las Canteras, ubicada a algunos kilómetros de la ciudad de Los Ángeles. 
Una vez que se constituyó la primera junta de gobierno, el 18 de septiembre de 1810, Bernardo O’Higgins fue electo diputado para el próximo Congreso, representando a la ciudad de Los Ángeles. 
En 1813 fue nuevamente tentado por las fuerzas libertadoras para unirse en la lucha por la independencia del país. Se incorporó al Ejército y participó en varias acciones militares, que, finalmente, le valieron, en 1815, el mando del ejército patriota. 
Tras el desastre de Rancagua, O'Higgins emprendió la retirada hacia el otro lado de los Andes. Allí prepararía la ofensiva patriota para derrocar a las autoridades realistas que se habían establecido en el país. Junto al argentino José de San Martín comenzó a preparar a las tropas chilenas, que más tarde formarían el Ejército de los Andes o Libertador. 
Ya en 1817, el Ejército Libertador comenzó su marcha y cruzó los Andes, enfrentándose a las tropas realistas en la batalla de Chacabuco. Fue proclamado el 17 de febrero de 1817 director supremo de la nación, asegurando la emancipación nacional en la batalla de Maipú, el 5 de abril de 1818. 

Luego de su polémico gobierno, que muchas veces fue considerado excesivamente autoritario, y luego de intentar reformar el reglamento constitucional que él mismo había impulsado para permanecer por más tiempo en el poder, abdicó, en 1823. Continuó su vida en el Perú, país hasta donde se trasladó con su madre, su hermana Rosa y su hijo. Cuando en 1842 le otorgaron la posibilidad de retornar al país, comenzó los preparativos de su viaje. Sin embargo, murió antes de salir, el 24 de octubre de 1842. Sus restos fueron repatriados en 1869 y hoy descansan en el Altar de la Patria, ubicado frente al palacio de La Moneda.